Niños y perros, porque es bueno crecerlos juntos

Si tu hijo te pide un cachorro con insistencia, siempre y cuando no sea un capricho, harías bien en traer un cuadrúpedo a la familia ya que un perro podría aportar grandes beneficios al desarrollo del niño, tanto físico como mental. 

En cuanto a los beneficios físicos, según un estudio realizado por la Universidad de Australia Occidental en 2018, los niños con un perro tienen un 50% más de probabilidades de realizar actividad física porque salen a la calle, juegan y pasean o corren con el perro en el jardín o el parque, practican la cantidad mínima de movimiento recomendada por los pediatras

Vivir con un perro desde una edad temprana reduce el riesgo de alergias en comparación con aquellos que no tienen un animal. La revista Clinical & Experimental Allergy descubrió, después de un largo estudio, que la exposición al pelaje de un animal en el primer año de vida puede incluso ser una protección contra las alergias de diversos orígenes. Además, la inevitable suciedad y los microbios que los perros introducen en la casa fortalecen el sistema inmunológico frente a las infecciones.

Los niños que crecen con perros también están mejor protegidos contra daños. Nuestros peludos amigos huelen venenos, pueden ayudar en caso de necesidad, protegerse de un atacante y advertir de antemano un terremoto o una tormenta con comportamiento inusual.

No es casualidad que los perros sean ampliamente utilizados para la terapia con mascotas, ayudando a adultos y niños a afrontar momentos difíciles con menos estrés al brindarles un apoyo incondicional. Acariciar a un perro reduce la presión arterial y la tensión está científicamente probado.

A nivel mental, el contacto con los animales da a los niños un mayor sentido de responsabilidad, aumenta la empatía y les enseña el ciclo de la vida.

Los niños que tienen un perro en casa aprenden a cuidar a otra criatura y no a concentrarse solo en ellos mismos. Desde pequeñas tareas diarias como comer o jugar hasta grandes compromisos como limpiar o llevarlos al veterinario, la responsabilidad hacia el perro proyecta un sentido pleno de autoestima en el niño.

Crecer con un perro desarrolla una mayor inteligencia emocional, es decir, la capacidad de comprender, gestionar y expresar sus sentimientos y comprender cómo se sienten los demás. Y dado que la inteligencia emocional mejora con la práctica, el contacto prolongado con el peludo amigo de la casa ayuda a abrir la mente y el corazón hacia las personas y otros animales.

Explicar conceptos como el nacimiento y la muerte a los niños puede ser tan difícil para los padres como para el niño entender. Desafortunadamente, a veces nos encontramos teniendo que lidiar con la pérdida de nuestro cachorro peludo pero a pesar del dolor, esta experiencia nos permite hablar sobre estos temas y el ciclo de vida con nuestros hijos. La forma en que los padres manejarán el duelo del amigo de cuatro patas le enseñará al niño cómo lidiar con la muerte.

No somos nosotros los que decimos cuán beneficiosa es la relación entre perro y dueño, pero estos son resultados concretos respaldados por años de investigación y estudios en el campo de la zoología y la medicina veterinaria.

Nuestro consejo es simplemente comprar o adoptar, dar la bienvenida, traer un perro a sus vidas porque esa cara peluda realmente puede convertirnos en mejores personas.

Desde cachorro humano a cachorro canino, la interacción que se creará entre los dos será algo único. Registra su progreso y experiencias, para tu mejor amigo peludo hemos creado tarjetas personalizadas de "metas" de cachorros, disponibles en nuestra tienda.

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